La guerra es cosa de hombres, señoras, y como no podía ser de otro modo, la Gran Guerra también. Con ese sobrenombre se conoce a la Primera Guerra Mundial. Un ejemplo de barbarie que dejó una estela de más de diez millones de muertos y un protagonista silencioso y aun hoy silenciado: la mujer.
Aunque en Hijas de Hipatia narramos historias en primera persona, aprovecho los eventos conmemorativos del inicio de la contienda para, como es de justicia, trazar un subrayado sobre ellas, su papel y lo que este supuso en clave de futuro para todas nosotras.
Para ello, situémonos en el contexto: principios del siglo XX y tímidos avances de las sufragistas por equiparse en derechos con los hombres. Pero la realidad era que el papel de las mujeres seguía limitado al de madre y al ámbito del hogar.
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La diversidad de pensamiento es como los colores