Inmersa en un denso bosque en las montañas kazajas de Almaty se va a construir una casa que abraza a un árbol. Es el capricho de un hombre de negocios de 38 años a punto de hacerse realidad gracias al estudio de arquitectura A. Masow. Si todo sale como está previsto la vivienda estará lista este año.
La casa es para dos personas. Es una torre cilíndrica de 12 metros de altura, que envuelve a un árbol con cristaleras desde el techo al suelo de madera, columnas de metal, paneles y escaleras de plástico. Las vistas y la integración en la naturaleza hacen al edificio un lugar perfecto para encontrar paz, huir del estrés de la ciudad y despertar la creatividad, que es el deseo del empresario. “Un lugar donde te puedas sentar con un amigo a discutir y filosofar”, dijo cuando hizo el encargo.
La construcción desde luego es…
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