Hace unos 2500 años, Lao-Tsé dijo que saber que no se sabe es humildad, mientras que pensar que uno sabe lo que en realidad no sabe, es enfermedad. En ese sentido un amigo físico me comentó: “si le pides a un científico que escriba 5 cuestiones acerca de nuestros orígenes sobre los que no tenemos respuestas, lo hará en 10 segundos, mientras que si esa pregunta se la haces a un fundamentalista religioso te dirá que él sabe perfectamente la respuesta, dejando el blanco el papel”.
Cada disciplina científica ha generado enorme cantidad de conocimiento, especialmente en los dos últimos siglos. Eso a algún optimista le puede hacer pensar que estamos cerca de conocerlo todo y que cada vez es más difícil encontrar áreas novedosas donde investigar. Nada más lejos de la realidad. Cuanto más sabemos más preguntas se abren, cuanto más conocemos, más preparados estamos para cuestionar incluso aquello…
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La diversidad de pensamiento es como los colores