En todo grupo de amigos existe uno que se destaca por su inteligencia. Es a él a quien acudimos en medio de una discusión para su punto de vista o su conocimiento esclarecedor.
Cuando la figura del amigo inteligente se torna de simpática a molesta y de molesta a insoportable es él quién debe preguntarse: ¿Qué hice mal? Posiblemente sus aires de superioridad le impedirán admitir que en ciertas ocasiones se comportó como un cínico.
Para orientarlo sobre sus errores, a continuación una lista de situaciones que seguramente le serán familiares.
DISCUTIR CON MEDIOCRES
Al inteligente le gusta discutir. Sabe que tiene una oportunidad para demostrar su superioridad, explayar sus múltiples conocimientos y salir bien parado de su exposición.
Pero el inteligente también peca de vanidoso. Le gusta demostrar su virtud y en pos de ese objetivo buscará involucrarse en cualquier discusión.
¡Cuidado!, puede que en tu búsqueda te encuentres…
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La diversidad de pensamiento es como los colores