“El perdón es el valor de los valientes. Solamente quien es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar.”
En cierta ocasión un maestro le confió a un discípulo una estatuilla muy antigua para que la llevara al restaurador pues tenía un gran valor para él y para el culto del monasterio.
A las pocas horas, el discípulo fue en busca de su maestro, llevando consigo la estatuilla rota. Temeroso de la cólera que pudiera provocar en el maestro que estaba meditando, se postró delante de él y le dijo con voz temblorosa que se le había caído la estatuilla cuando se dirigía al taller y le pidió disculpas por lo ocurrido. El maestro entreabrió los ojos y contempló la estatuilla rota que tenía el discípulo entre sus manos y le dijo con voz serena, al tiempo que abandonaba la meditación sosegadamente:
–Calla, no sigas hablando
Tomó entre sus manos…
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junjunnior
tu angel humano informativo 
Muchas Gracias por este relato que nos enseña el arte de perdonar como manifetación de comandar el arte de amar desde nuestro espíritu.
La cara visible del amor verdadero es aceptar y amar la parte humana e imperfecta de quien amamos.
Amar la luz del otro es una tarea demasiado sencilla. Por el contrario amar la densidad oscura del alma del que amamos, es manifestar la naturaleza alquimica del amor verdadero, creo yo desde mi humilde experiencia personal.
Pat
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