Más que un tema controvertido, este es uno de opiniones. Los hay quienes piensan que las hetairas, cortesanas que servían de compañeras a los hombres de la antigua Grecia, eran poco más que eso; otros sugieren que sus funciones, influencia y educación las sitúan en uno o varios niveles por encima de las prostitutas, y que el hecho de que entre sus actividades estuviese el confortar sexualmente a sus clientes, debe ser considerado sólo como la prestación de un servicio profesional. Valor añadido, como diríamos ahora. Pero también estamos los que creemos que hay un punto intermedio que incluye ambas opciones, esto es, que las hetairas eran prostitutas, pero que además cumplimentaban sus ofrecimientos con mucho más que noches de pasión desenfrenada.
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La diversidad de pensamiento es como los colores